Un verdadero escándalo produjo la exclusión de la Argentina de las pruebas PISA que miden la calidad educativa de los distintos países. El hecho es inédito desde que comenzó a aplicarse la evaluación en 2000, a excepción de 2003 cuando la Argentina decidió no participar. El resultado de la prueba se manejó con un cerrado hermetismo hasta ayer, cuando se conocieron los resultados y el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich, salió a aclarar que la Argentina quedó excluida porque hubo “técnicamente un error grave”.
La Argentina fue excluida de la medición internacional 2015 a raíz de “graves fallas metodológicas y falta de cumplimiento de regulaciones de la Organización para la Cooperativa y Desarrollo Económico (OCDE)”, organismo que dirige la evaluación.
Durante una conferencia Bullrich dijo que la falla tuvo que ver con no tomar la cantidad necesaria de escuelas, y reveló que el ministerio tenía la muestra “desde hace varios meses y se ha estado trabajando para evitar esta situación de exclusión”. Explicó que al tomar conocimiento de que el país había sido dejado de lado pidió la opinión de dos organizaciones internacionales, la Unesco y la Universidad de Oviedo, pero ambas fueron contundentes en validar la decisión del organismo organizador.
Oficialmente, el informe de la OCDE explicó:“hubo un declive significativo en la proporción de jóvenes de 15 años (de Argentina) que participaron en la prueba tanto en números absolutos como relativos”. “Había que mandar una población de 13.280 escuelas y de esa población faltaron 3096”, explicó Bullrich.
Pero además el informe de OCDE señala que “hubo una reestructuración en el colegio secundario en la Argentina excepto en la región de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lo que probablemente haya afectado la cobertura de escuelas elegidas para la muestra. En consecuencia los resultados de Argentina no son comparables a los de otros países”. Bullrich sostuvo que “no hubo animosidad” de los funcionarios de la cartera anterior. Y que no tiene consecuencias administrativas ni penales para ellos, aunque catalogó esta conducta de “poco apego y compromiso con las estadísticas”.
El ex ministro de Educación, Alberto Sileoni, sostuvo que la presentación de Argentina en la evaluación es “perfectamente válida” y señaló que “la muestra técnicamente es más pequeña porque la secundaria experimentó una transformación que implicó la fusión de establecimientos”.
En tanto la senadora radical Silvia Elías de Pérez achacó la exclusión a la “manipulación de datos del kirchnerismo”. “Lo que ocurrió con la educación en la Argentina no escapa de las prácticas del kirchnerismo en la última década basadas en el ocultamiento, la adulteración y manipulación de información y datos”. “No podemos tolerar que de cada cuatro chicos que empiezan el colegio, solamente dos logren terminar la secundaria, y que de ellos solo uno pueda comprender textos. Eso quiere decir que sólo uno de cada cuatro chicos va a poder tener un empleo de calidad”, dijo la dirigente.